La iluminación de tu habitación es importante, pues en tu dormitorio desempeñas muchas más actividades que dormir: leer, elegir ropa. Y no sólo se trata de funcionalidad, sino además de crear ambiente.
Los expertos recomiendan que la iluminación general de tu dormitorio no supere los 250 luxes (lúmenes por metro cuadrado). Lo recomendable es apostar por la luz cálida. Aunque en zonas como los armarios la luz más fría o neutra nos ayuda mejor a ver los colores como son.
Lo óptimo es crear una iluminación general difusa para toda la habitación. Ya sea con lámpara o foco dirigible. Podemos complementarla con lámparas de pie, si la estancia tiene un buen tamaño.
Junto al cabecero, la luz debe ser difusa, pero las lámparas, mejor opacas, para filtrarla y crear ambiente. Si tenemos poco espacio, los apliques de pared pueden ser una gran solución. Las lámparas flexibles de pared, que apenas espacio son perfectas para la lectura. Pero si dormimos acompañados, es preferible situar la iluminación en el centro de la cama para no perturbar el descanso del otro.
Para que te sea más fácil encontrarlo todo, te recomendamos aplicar luz puntual en los cajones y armarios. Y te animamos a experimentar con una económica cinta LED autoadhesiva y flexible. Alrededor de tu cabecero puede ayudarte a dar un ambiente muy especial y funcional. Sea cual sea el tamaño y estilo de tu dormitorio.
Si quieres ir más allá, los temporizadores y los reguladores de luz, te permitirán controlar de forma más cómoda y precisa tus necesidades lumínicas según el momento del día y el ambiente deseado. Para que tengas siempre la iluminación ¡perfecta!
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